viernes, 14 de septiembre de 2012





¡ CUANDO EL CORAZÓN SE ROMPE !






¿Nos conocemos,
sabemos cómo somos?
¿Podemos ver através de nuestros ojos
lo que le pasa a los demás?.

Pienso que no...
Cuando tenemos una pasión,
 una relación oculta, que nos corroe,
 nos rompe en pedazos.

Las personas somos sensibles,
nunca sabemos qué podemos hacer,
nuestra mente no responde,
nuestro corazón se rompe...

Lo malo de una persona con el corazón roto,
sin esperarlo,
muchas veces sin ser consciente,
esque..., comienza a repartir los pedazos.

Las causas son muchas.
Si la pobreza nos entra por la puerta
el amor se esfuma
como perfume de flores al marchitarse.

En vez de salir por la chimenea
como el humo,
sale dando saltos por la ventana,
camino a ninguna parte o quizá sí, pero sale.

Los hombres pocas veces aman,
las mujeres casi siempre fingen,
es absurdo, pero real,
 con lo fácil que es decir lo que se siente.

Cuando te aman...,
casi no te enteras,
cuando amamos, dudamos...,
hasta de nuestra propia sombra.

 Cortar la hierba antes de que crezca
en el camino de la amistad,
permitirá que veas
lo que pasa en el otro lado del camino.

Si tienes adversidades,
comprenderás los lazos
 que te unen con tus amistades,
esas de toda la vida o de hace un minuto.

Si para hacer un amigo
nos tomamos un tiempo prudencial,
para cambiar los amigos
hay que tomarse una eternidad.

Con la victoria,
te sobrarán amigos,
con la derrota...,
te quedarán los verdaderos amigos.

Si de verdad tienes un amigo,
no temas por pensar en voz alta,
sólo piensa si de verdad es tu amigo,
si no estás seguro..., enmudece.

La alegría contagia a muchos,
las penas las sufrimos sólos,
jamás se contagian,
pero muchas veces su cede
  que no sabemos estar alegres.

Cuando beses...,
expresa todo lo que sientes,
un beso...,
puede descubrir todo lo que callas.

Cuántas veces 
dejamos de disfrutar de las pequeñas cosas,
esperando,
la llegada  de la gran felicidad.

Nuestra torpeza,
no nos deja ver
que la felicidad se aleja de nosotros,
que rechazamos esas pequeñas felicidades.

No nos damos cuenta,
que las grandes felicidades pasan de largo,
nuestra torpeza nos impide
 que nos demos cuenta que han pasado. 

Lo que más nos puede hacer gozar, es
todo aquello que no nos esperamos,
que nos llega sin más,
nos sorprende lo inesperado.



EDITADO EL 14 DE SEPTIEMBRE, 2012,
MANUEL MALDONADO MARTÍN.
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS.



Os saludan mis..., M M M. 














 










sábado, 8 de septiembre de 2012


TU NO CAMBIES PARA MI



Te quiero tal como eres,
tu querer me da la vida,
aunque un día me dejes,
yo te querré mientras viva.

Me vuelven loco tus abrazo,
como tus besos me exitan,
 tu boca quema mi cuerpo
cuando se hunde en la mía.
Cuando me dices te quiero
imprimiendo una sonrisa,
se estremece todo mi cuerpo,
mi corazón, del pecho vuela.
Vuela, para decirte te quiero,
te quiero más que a mi vida,
si  no es un amor sincero,
mi vida..., no será vida.
No te vayas de mi lado,
si esque te importa mi vida,
sabes que si tu amor pierdo,
seré un muerto con vida.
Cuando enfermo me encontrado,
tú has sido mi medicina,
no sé, si un día me faltas,
 otra no me serviría.
Por eso, quiero tu amor.
Yo a cambio te doy mi vida,
no sé, ¿quien pone más de los dos?,
no existe el amor sin vida.
Nunca morirá el amor,
mientras que tengamos vida,
pena, ilusión, amor, desamor...,
es lo que nos da la vida.
Si alguien te ofrece su amor,
guárdalo con gran estima,
nunca busques nada más,
quizá no lo encontrarías.
¡Quedate con lo que tienes!
no pretendas aventuras,
si es sincero, te quiere,
guardalo mientras tu vivas.



FUE ESCRITO EN 1,980.
AUTOR: MANUEL MALDONADO MARTÍN.
PUBLICADO EL 8 DE SEPTIEMBRE, 2.012.
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS.


Os saludan mis, M M M.


domingo, 2 de septiembre de 2012




CUANTO TIEMPO Y LO RECUERDO


Por tierras de la campiña
una tarde paseaba, 
por esa llanura inmensa
que es, la campiña castellana.

Era una tarde de otoño, 
una tarde muy templada,
de las que gusta pasear
por la campiña mojada.

La brisa me iba azotando
cuando a mí lado pasaba,
los pajarillos cantando
de un lado a otro volaban.

Saciando su apetito
para una noche larga,
picoteaban las espigas 
que aún en el campo quedaban.

A lo lejos en el arroyo
las ranas también cataban,
haciéndoles contrapunto
los grajos en la montaña.

Yo caminaba desierto
no veía persona humana,
por eso andando el camino
muchas cosas recordaba.

Recordaba mi niñez,
cuando con niños jugaba,
por estas mismas llanuras
de la campiña mojada.

¡Cuanto tiempo hacía de aquello!
¿Como aún lo recordaba?
Parece que fue ayer
cuando por aquí saltaba.

Con todos aquellos niños
compañeros de mi infancia,
igual que los pajarillos
que de aquí para allá volaban.

Alcaudones, jilgueros,
gorriones y mirlos,
van alegrando el camino
con bellos y alegres trinos.

El sol se iba despidiendo,
la montaña lo ocultaba,
aún salían pobres rayos
que con fuerza no llegaban.

Se iba a un mundo lejano
para despertar el alba,
a explotados casi exclavos
que por la noche descansa.

Aparecen las estrellas
con su bella luz galana,
yo sólo en la campiña
con mis recuerdos quedaba.


FUE ESCRITO ENTRE, 1.975 Y 1.980.
AUTOR: MANUEL MALDONADO MARTÍN.
PUBLICADO, DÍA 2 DE SEPTIEMBRE, 2.012.
DERECHOS DE AUTOR RESERVADOS.

Os saludan mis, M M M.