sábado, 14 de enero de 2012

EL VIAJE DE LA VIDA ( EN EL AUTOBUS DE LA VIDA)




EL AUTOBÚS DE LA VIDA.




El viaje de la vida...,
 no es igual para todos,
hay,  quienes hacen un paseo,
otros sólo ven tristezas.

Otros...,
tienen de todo.
 De todo...,
tristezas y calamidades.

Muchos dejan nostalgia,
otros pasan de una forma que...,
cuando dejan el hueco en el que habitan,
nadie se da cuenta.


Curioso es contactar...,
que personas que se encuentran
en cavidades no distantes
de la nuestra.


Hay algo ...,
que no nos deja aproximarnos a ellos,
porque, algo o alguien
nos impide que logremos esa aproximación.


Mas, eso que importa,
el viaje está lleno de sorpresas,
sueños truncados,
fantasías inrealizadas.


Esperas, despedidas,
Esperas que nunca llegan,
inquietudes que nos destrozan,
despedidas que nos deja sin alma.


Lo importante es...,
que hagamos nuestro viaje
lo mejor que podamos,
siempre por la travesía más corta.


No olvidemos
que la travesía más corta,
es el camino recto,
no nos perdamos por atajos
que no nos llevan a ninguna parte.

Hagamos relaciones,
busquemos en cada cual
lo mejor de si mismo,
no nos que demos en lo superficial.


Hemos de acordarnos
que en algún momento del trayecto,
todos podemos flaquear,
son cosas que ocurren.


Hemos de entenderlo
porque todos flaqueamos en algún momento,
ofrezcamos una desinteresada
y limpia mano amiga.


Comprendamos...,
el porqué de las cosas,
esas que nos inquietan, o nos hacen felices,
que querríamos...,
que desaparecieran de nuestra mente.


A lo largo de nuestra vida,
tendremos la necesidad
de que alguien nos comprenda,
si no sabemos comprender...,
¿Quien nos comprenderá?


La gran diferencia al final es.
¿Qué es el viaje de la vida?
Nunca sabremos...,
en qué cruce tendremos que quedarnos.


Mucho menos el camino a elegir,
para encontrar lo desconocido,
ese paraíso...,
o ese desierto, camino a ninguna parte.


És posible...,
cuando tengamos que dejar
el desembarco de la vida,
la añoranza nos venga
a hacernos compañía.


No es fácil separarse de los seres querido,
menos dejar que los hijos
hagan su trayecto en solitario,
sin nuestra compañía.


Mientras tanto,
por un camino o por otro
todos iremos a ese lugar,
donde nos rencontraremos.

Cuando llegue ese momento
podremos deshacernos de la añoranza,
que fue nuestra sombra
y nos hizo compañía por largo tiempo.

Que nuestro breve viaje
por la senda de la vida,
sea una gran oportunidad
de aprender y enseñar.

Entender y comprender
a todos aquellos,
que andaron
el camino con nosotros.

No fue cosa del azar
que hiciéramos el camino juntos,
no nos unió el destino,
estaba escrito.

Que sepamos comprendernos
y perdonarnos,
si es que hay algo que perdonar
ya que una de las cosa hermosas es perdonarse.

No sabemos el tiempo que nos queda
hasta que dejemos el camino (o autobús de la vida)
cual es nuestra próxima parada.

Si tu camino no te lleva
exactamente a donde esperabas,
dele una nueva dirección
que te rehaga y no te deshaga.

Busca la manera 
de dar utilidad a tu tiempo,
preocúpate de esos
que andaron el camino contigo.

Deja de lado las quejas,
no lloriquees,
que las marcas de tu caminar,
queden gravadas para siempre.

No borres esas huellas,
para que nadie se pierda
en el sendero de la vida,
el camino ya está hecho.

Que el camino sea ancho,
si necesidad de vallar,
porque no tenemos necesidad
de tomar lo que no necesitamos.

Al final...,
todo queda.

Adiós camino...

Autobús... Esta es mi parada.

EDITADO EL 21 DE FEBRERO, 2012.
MANUEL MALDONADO MARTÍN.
DEREHOS DE AUTOR RESERVADOS. 




Os saludan mis tres..., M M M.