DON Ana v 6LETO
Vida
y milagro de una historia que no te dejará indiferente.
Don
Anacleto era muy anciano cuando murió su esposa.
Eran
uno de esos matrimonios especiales,
que
te fascina por su compenetración, por
la lucha diaria por la
vida y el bien estar de los suyos.
Su
esposa,
durante largos años había trabajado con ahínco,
durante largos años había trabajado con ahínco,
para
sacar adelante a su familia.
Su
mayor deseo era ver a sus dos hijos
convertidos
en unos hombres de bien.
Respetados
por los de más,
para
que eso fuera posible, dedico su vida y
su escasa fortuna a ese
menester.
Se
esforzaron más en la educación y
preparación
de Prospero.
Era
el mayor, el heredero universal,
estaba
llamado a llevar el peso y
la responsabilidad de
la familia
¡¡
El otro hijo... ¡¡ Tardío !!
Se
le dio lo indispensable
para
que tuviera una vida cómoda,
pero
no tenía el compromiso de cuidar de los padres.
Era
Prospero el que tenía el compromiso de
ayudar
en caso de necesidad.
Don
Anacleto, al llegar a los noventa años,
un
día al levantarse,
se dio cuenta que se...,
se dio cuenta que se...,
encontraba
sin fuerzas, sin esperanza,
miró
una y otra vez sus manos, estaban vacias.
Después
de morir su esposa...
Sólo
le quedaban los recuerdos y mucha soledad.
¡¡
Pensó en sus hijos !!
Especialmente
en Prospero.
Los
dos eran brillantes profesionales.
Por
lo pactado y
la educación que le habían dado
la educación que le habían dado
a
Prospero, don Anacleto
estaba esperando que este
le ofreciera su apoyo y comprensión.
le ofreciera su apoyo y comprensión.
Don
Anacleto esperaba,
pero veía pasar los
días
sin
que sus hijos aparecieran.
Decidió
por primera vez en su vida,
pedir
un favor a su hijo favorito,
el
cual había sido educado
convenientemente
para ello.
Una
mañana, se armó de valor,
se
encaminó al domicilio
de su bien amado hijo
Prospero.
Don
Anacleto tocó a la puerta
donde
vivía con fu familia.
-
¡¡ Hola Papá !!
- ¡¡ Qué milagro que vienes por aquí !!
- - Ya sabes que no me gusta molestaros,pero me siento muy sólo,
- no me quedan fuerzas,
-
estoy muy cansado y viejo.
- Pues a nosotros, nos da mucho gustoque vengas a visitarnos,ya sabes que nuestra casa es tu casa.
- Gracias hijo,sabía que podría contar con vosotros,pero temía ser un estorbo.
- ¿ Un estorbo... ?
- - No os molestaría si decidiera...,quedarme a vivir con vosotros.
- ¿ Quedarte a vivir ?, si...,claro...,pero, no se si estarías a gusto.Tú sabes..., la casa es pequeña,mi esposa es muy especial...,luego los niños.
- - Perdona hijo,si te causo muchas molestias...,olvídalo, no te preocupes por mí,otro me dará la ayudaque tú no puedes darme.
- No Padre, no es eso,sólo es que...,no se me ocurre donde podrías dormir.No puedo sacar a nadie de su habitación,mis hijos no me lo perdonarían..,al no ser...,¿ que no te moleste dormir en el porche ?
- ¿ Dormir en el porche ? Esta bien.
El
hijo de Don Anacleto llamó a su hijo
Capricho
de 17 años.
- Dime papá.
- Mira hijo,tu abuelo se queda a vivir con nosotros,tráele una manta para que se cubra en la noche.
- Si, con mucho gusto papa..., ¿donde va a dormir?
- En el porche,no quiere que nos incomodemos por su culpa.
Capricho
subió a por la manta,
tomó
una tijera y la cortó en dos mitades.
En
ese momento llegó su padre.
¿
Qué haces Capricho... ?
¿
Por qué cortas la manta de tu abuelo?
- Sabes Papá,estaba pensando...
- ¿Pensando qué ?
En
guardas la mitad para cuando tú seas viejo.
¿
No se ?
-
¿ Qué no sabes ?
-
Que puedas decidar venirte a vivir a mi casa.
PUBLICADO
EL 9 DE JULIO, 2015.
Manuel
Maldonado Martín.
DERECHOS
DE AUTOR RESERVADO.
Os
saluda mis tres. M. M. M.